Preparemos todo nuestro ser para celebrar este GRAN MISTERIO: Dios que se hace hombre semejante a nosotros, menos en el pecado.
En este camino al encuentro del Señor, es una excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos, activos y con el corazón ocupado en amar a todos, especialmente a los más necesitados.
Dile, SÍ, al Señor que ya llega para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría de la Navidad.
Diputación de Formación